viernes, 7 de febrero de 2020

El disco de la semana 164: Leonard Cohen - I´m your man







Leonard Cohen pasándose al Synth pop??? Habíamos visto cambios radicales, como el de Bob Dylan cuando se volvió a eléctrico, pero ¿este salto? bueno no exageremos, es cierto que tiene algún toque de este estilo, que muchas veces se apoya en este instrumento para las canciones, pero joder, la cosa le salió redonda, sobre todo en dos aspectos, el primero y más importante es que le salió un álbum de una calidad magnifica, y el segundo que acerco al gran público a su música, era yo un adolescente cuando en la televisión nos bombardeaban con el video de “First we take Manhattan” y ese sonido tan peculiar, que años más tarde cuando trate de indagar en la discografía de Cohen descubrí que no era nada parecido a los recuerdos que tenía yo con 15 años de aquel tema. Y es que ese nuevo estilo le venía ni que, pintado a la voz fuerte, que expulsa mientras canta, se tornaba más oscura y ronca en contraposición con los sonidos brillantes y casi chillones de muchos de sus temas. Y es que Cohen se había estancado, su popularidad había decrecido y la venta y la repercusión de sus álbumes no era la de los años 70 y este movimiento de genialidad le trajo de nuevo a lo más alto de su carrera. Pero curiosidades y mercado aparte el álbum es una maravilla, disfrutar de él con la mente abierta a lo que había sido y sin los prejuicios de cantautor aburrido y triste te dará una dimensión de lo que tenemos en nuestras manos.

El álbum se inicia con “First we take Manhattan” que fue el single promocional del mismo, la canción es original de Leonard Cohen pero la habíamos podido escuchar anteriormente en la voz de Jennifer Warnes en un álbum tributo a Leonard Cohen, es esta versión le acompaña en la voz. En la canción Cohen se introduce en la mente de un terrorista intentando mostrar con la letra lo incongruente que son las posturas extremas en cada aspecto de la vida y los caminos tan estúpidos por los que nos pueden llevar, una denuncia en toda regla. En el video, rodado en blanco y negro sobre una playa, podemos ver a Stevie Ray Vaughan tocando su desgastada guitarra "Número uno" (con su distintivo logotipo "SRV") en el Puente de Brooklyn. "Ain't No Cure for Love" es una canción de amor, una canción con la poesía de Cohen de lo que significa estar enfermo de amor, es una canción dolorosa como muchas de este estilo, pero también de aceptación del trance, con unos muy buenos coros. “Everybody knows” está escrita junto a Sharon Robinson, una de las más fieles colaboradoras del artista, escrita como un mantra, con sus sombrías proclamas sobre la crisis del SIDA y la injusticia racial, fue exactamente arrojar a la cara lo que supuso la década de Reagan, raspando el sórdido vientre de la ostentación y el glamour de los 80. Es un tema áspero aunque se haya recubierto de soniquetes a lo largo de todo el tema, la letra es muy cruda, fue utilizada como el tema de apertura para la película La liga de la justicia.

“Everybody knows that you love me baby
Everybody knows that you really do
Everybody knows that you've been faithful
Ah give or take a night or two
Everybody knows you've been discreet
But there were so many people you just had to meet
Without your clothes
And everybody knows”


Leonard Cohen escribió "I'm Your Man" para Dominique Issermann, su novia fotógrafa francesa, oculta un grito desesperado de amor y atención, sin importar las circunstancias. Es triste y es gracioso. Son las patéticas garras de un hombre más allá de la dignidad. Y le da esa exquisita lectura cargada de ironía del último caballero canadiense que promete humillarse solo por una bocanada de carne nueva, promete apoyar a su amada sin importar en qué, ya que solo está desesperado por alimentarse de su cuerpo…. "Si quieres un amante / haré cualquier cosa que me pidas / Y si quieres otro tipo de amor / Usaré una máscara para ti 7 Si quieres un médico / examinaré cada centímetro de ti / La bestia no se irá a dormir / Aullaría ante tu belleza / Como un perro en celo” .



El siguiente corte es “Take this waltz” un poema de Federico Garcia Lorca, del que el cantante era un profundo admirador, de hecho una de sus hijas se llama Lorca, es un Vals que el autor recita con una profunda admiración y un gran sentimiento en cada verso, personalmente opino que es una de las cumbres del disco y de su discografía, será un defecto profesional por mi admiración y amor al poeta Granadino, pero en serio, es un temazo , el tema apareció por primera vez en el álbum colectivo Poetas en Nueva York (1986), que homenajeaba a Federico en el 50 aniversario de su asesinato, que tuvo lugar a comienzos de la Guerra Civil Española. En 1988, Cohen la recupero para este álbum, añadiéndole el violín de Raffi Hakopian y la voz de Jennifer Warner. El vídeo original se rodó en Granada (España), aunque, por alguna extraña razón que no alcanzo a comprender, las autoridades le negaron al artista canadiense la posibilidad de filmar en la Alhambra, como era su pretensión. Hubo de conformarse con los alrededores. No obstante, sí vemos a Leonard Cohen en la casa de Federico García Lorca, en Fuente Vaqueros. 
Con “Jazz Police” da otra vuelta de tuerca, estamos ante una cancion muy loca, ritmos de discotecas, ritmos de jazz, en un batiburrillo que al final queda muy curioso, sorprendió y decepcionó, incluso molestó, a algunos de sus seguidores. Es muy diferente de su estilo musical normal aun así consiguió que estuviera en boca de todos. “I can´t forget” es una canción más del estilo, no se priva de los sonidos de los sintetizadores, pero es la vuelta a la melodía, a los coros, a Cohen, tampoco es la más redonda de su carrera. Cierra el álbum “Tower of song” otro experimento, grabado con poco más que un sintetizador de juguete, pero es una canción con gran carga de profundidad, casi una biografía y un homenaje, una carta de amor de Cohen a su oficio, donde equipara perseguir el don de la poesía a estar atrapado en una penitenciaría de pesadilla. Este, dice, es el precio que paga por la creatividad, y es un lugar sombrío para vivir; Pasaron años atrapados en un bloque de viviendas decrépito, mirando alrededor de un piso costroso donde los vecinos ruidosos lo han mantenido despierto mientras el estruendoso estruendo de Hank Williams "tosiendo toda la noche cien pisos más arriba" resuena a través de las tablas del piso.


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