domingo, 1 de junio de 2025

1613.- Uncontrollable Urge - Devo

En 1978, justo en el clímax de la explosión punk, aparecieron cinco tipos a escala musical que parecían estar locos... La música, ¿era música?, provocó a los fans de la música tradicional con sonidos que usaban notas individuales como pajitas en un juego de pajitas. Todo parecía aleatorio y casual. Aunque la banda tuvo algunos éxitos menores en la radio algunos años después, Devo nunca intentó hacerse amigo de la industria musical ni de los fans de la música. Devo era y sigue siendo un incordio en lugar de ser el favorito de todos. ¡No son hombres!. Devo ofrecen en este debut su versión del punk y eso acaba siendo algo digno de celebrar, en su cerebro, este estilo es un puro jolgorio, lleno de humor absurdo y con la libertad como motor y objetivo. No es de extrañar, por tanto, que les salga un estreno espectacular preñado de un rock bastardo entre el arte y la boutade, falsamente insustancial y donde no dejan nada a la casualidad. No, contrariamente a lo que parece, esta obra está más que planificada, como los movimientos robóticos del grupo en el escenario, como sus trajes futuristas, sus miradas perdidas y toda esa parafernalia actoral que trata de hacerlos pasar por mongoloides, tal y como reza uno de sus grandes temas. Nada más lejos de la realidad. Devo es un grupo con mucha chicha, con un sonido propio y a prueba de bomba y con una personalidad fascinante. No es de extrañar que Brian Eno y David Bowie se fijaran en ellos y colaboraran para producir este trabajo. La mano de Eno es la que destaca, Bowie tuvo una aportación más testimonial. Aun así, no se puede decir que el genio de Suffolk tuviera libertad total para meter sus zarpas en las canciones de los norteamericanos. Como digo, tenían las ideas muy claras y se resistieron con uñas y dientes para impedir que pervirtieran su sonido y su personalidad. El ex-Roxy Music sólo pudo meter unos pocos teclados, poco más. Lo demás lo pusieron los de Akron y su rock anguloso entre el krautrock, el noise-pop y la escuela de arte. Las canciones están impregnadas de la desilusionada ética del cinturón industrial que también impregnaba a compatriotas de Ohio como Pere Ubu: "Mongoloid" (se advierte la nomenclatura políticamente incorrecta) contaba la historia de un "spud" poco conocido que logró pasar desapercibido en el mundo heterosexual porque "llevaba sombrero y tenía trabajo". La trama se impulsaba con scratches de guitarra y percusión entrecortada, sin mucho para mantener el ritmo a la antigua usanza. De igual manera, "Smart Patrol", probablemente el tema más reglamentado, casi militarista, del álbum, encontró a Mothersbaugh abrazando la vida más allá de Devo: una vida de ser un tipo común y corriente que trabajaba sin descanso para "meter los postes en los agujeros". 

Hay mucha angustia de trabajador de fábrica en estos 31 minutos cortos y agudos, pero también hay una buena dosis de psicodrama. Los freudianos sin duda se divertirán con "Uncontrollable Urge", una oda hiperrápida a una combinación de frustración sexual y liberación onanista, ya sea por la emocionante introducción o por el compromiso frenético en la voz de Mark, esos primeros versos me hacen gritar, reír y ponerme a tope. El comienzo de "Uncontrollable Urge" es uno de mis pasajes iniciales favoritos, una obra maestra de tensión y liberación: una experiencia verdaderamente emocionante, en "Uncontrollable Urge", Devo se consolida como una banda espectacular. La canción cambia de tempo varias veces, alternando ritmos a doble compás con golpes a compás regular y bajando a la mitad de la velocidad en las primeras líneas del estribillo. Los frecuentes rellenos de batería de Alan Myers, que anuncian un próximo cambio rítmico, te mantienen en vilo, pero cuando te detienes y piensas en lo que acaba de pasar, te das cuenta de que se trata de una banda increíblemente sólida con un dominio del ritmo excepcional. El juego de llamadas y respuestas del estribillo se disuelve en una cascada de coros armónicos bastante impactantes, que le dan a la canción un agradable toque melódico, "Uncontrollable Urge" es una experiencia frenéticamente adictiva.


sábado, 31 de mayo de 2025

1612.- Tratado de impaciencia Nº 10 - Joaquín Sabina



1612 - Joaquín Sabina - Tratado de impaciencia Nº 10

Tratado de impaciencia Nº 10 es una de las canciones más representativas del primer Sabina, aquel que en 1978 daba sus primeros pasos en la música con el disco Inventario. En esta obra inicial, el cantautor andaluz todavía no había abrazado del todo el tono urbano, canalla e irónico que lo haría famoso más tarde. Por el contrario, aquí se muestra más cercano a la canción de autor tradicional, con una fuerte carga poética, introspectiva y melancólica.

La canción es, como sugiere su título, un ejercicio confesional sobre la espera, la ansiedad y el amor que desespera. Sabina articula un discurso donde la ausencia del ser amado se convierte en una tortura cotidiana. El "tratado" no es académico ni estructurado, sino visceral: una sucesión de escenas y emociones que exponen la fragilidad de quien ama con impaciencia, con dependencia y con dudas.

Musicalmente, el tema es sobrio y delicado. El acompañamiento acústico —guitarra y arreglos mínimos— sirve como telón de fondo perfecto para una letra que lo domina todo. Sabina canta con una voz más clara que en sus discos posteriores, pero ya deja entrever ese tono dolido, irónico y sincero que se volverá su marca registrada.

La letra destaca por su sinceridad cruda y su uso poético del lenguaje: “No soporto esta cama sin ti, sin nosotros”, dice, y condensa en una frase el vacío emocional que atraviesa el protagonista. A lo largo de la canción, aparecen imágenes que reflejan ese vaivén de emociones propias de una relación intensa, donde el deseo se mezcla con la duda, la necesidad con la rabia, la ternura con la frustración.

En Inventario, Sabina aún no se convierte en el cronista de bares y madrugadas, pero ya se vislumbra su enorme talento como letrista. En “Tratado de impaciencia Nº 10” hay un joven poeta que escribe desde la honestidad emocional, sin adornos superfluos ni poses impostadas. Es una canción íntima, casi como una carta que nunca se envía, o una plegaria dicha en voz baja a una persona que ya no está.

Este tema es una muestra temprana del poder lírico de Sabina, una joya discreta que emociona por su autenticidad y por la forma en que retrata el amor no como ideal romántico, sino como una forma de impaciencia perpetua.

Daniel 
Instagram storyboy 

viernes, 30 de mayo de 2025

Disco de la semana 432: Superunknown - Soundgarden

 


Superunknown es el cuarto álbum de larga duración de Soundgarden. El grupo fue, de hecho, uno de los referentes de la escena grunge de Seattle, ya que existía desde mediados de los 80, este álbum terminó siendo su apogeo comercial, y llegó unos años después que otras bandas grunge que eran, de hecho, varios años más jóvenes. Soundgarden siempre ha sido una banda a la que es difícil ponerle un sello. Se mueven en una delgada línea entre el hard rock y el heavy metal. Su segundo álbum, Louder than Love, se siente como un híbrido entre Zeppelin y Sabbath. Creo que la razón por la que me he encariñado tanto con este disco es porque es el álbum donde realmente encontraron un sonido propio. Sigo pensando que, de los cuatro grandes grupos grunge, Soundgarden fue, sin duda, el más singular. Se inclinaron más hacia afinaciones y compases poco convencionales, mientras que la magnífica composición de Chris Cornell pudo haber alcanzado su máximo esplendor en esa época. Cornell siempre pareció ser la principal fuerza creativa de la banda, pero con este lanzamiento tomó las riendas aún más. El álbum en el que el grunge tomó tanta presencia que algunos consideran que ni siquiera es metal alternativo ni grunge, sino solo grunge, incluso cuando la gran mayoría de las canciones muestran ser algún tipo de metal alternativo. Aun así, el grunge es el género principal del álbum y, por lo tanto, debería ser el foco principal. Soundgarden sin duda publicó el mejor álbum de estudio de grunge. Tristemente, o afortunadamente (dependiendo de cómo lo veas), Nirvana lanzó su legendario álbum MTV Unplugged el mismo año. Pero los logros que este álbum trajo a la mesa lo convierten en un álbum esencial incluso 30 años después.

Desde el principio, Let Me Drown inculcó todo el conocimiento de un grupo entonces en la cima: la potente y melodiosa voz de Cornell, llena de soul, riffs potentes y una sección rítmica superior. Con un compás de 5/4 (aunque la banda, la cumbre del genio puro, afirmaba no saber ni siquiera teoría musical y lanzó instintivamente este género de riffs extremadamente raros, a menudo surgidos de la mente de Cornell, lejos de limitarse a las baladas), Cornell describió la letra de la canción como "arrastrarse de vuelta al útero para morir". Tiene un estribillo genial que aprovecha al máximo los registros agudos y graves de Cornell. My Wave es otro tema magistral que muestra a una banda al unísono, con una batería monumental de jazz/hard rock, un bajo sinuoso, ricos efectos de guitarra (wah-wah, abundantes solos psicodélicos) y la majestuosidad de Cornell y sus letras asertivas pero abiertas, que las convierten tanto en un elogio a la combatividad como en una crítica al éxito a toda costa (esta dualidad es el tema central del acertadamente llamado y contradictorio Superunknown), ademas tiene uno de los riffs de introducción más divertidos del disco. Definitivamente suena un poco a sencillo, pero descubrí que incluso las canciones más orientadas a los éxitos de este álbum no le hacen ningún favor a nadie. En cuanto a la letra, probablemente sea una de las más simples, pero funciona, sobre todo cuando eres joven, todavía me identifico con ella. Hay momentos en los que realmente no te importa lo que hagan los demás, siempre y cuando te dejen en paz. Fell on Black Days, lamentablemente hace honor a su nombre hoy, es la canción de Soundgarden que más he escuchado, la que, a los veinte años, me hizo reconocer definitivamente el talento de la banda, aunque antes me había limitado a apreciar algunos sencillos. Sobre unos acordes potentes notablemente obvios —que algunos compararon, con distintos grados de aprensión, con Nirvana— Cornell ofrece la balada oscura y potente definitiva: un texto de depresión combatida, una línea vocal lánguida y sobriamente elegante, un estribillo desgarrador ("¿Cómo podría ser feliz de que este pudiera ser mi destino?"), un truco de guitarra oriental, y Cameron dándolo todo (relanzando la canción regularmente con un relleno perfecto). Perfecta, es una de las mejores letras de Cornell, después de todos estos años, sigue siendo una canción a la que recurro a menudo cuando me siento desanimado. Entre las canciones mas pesadas ​​del álbum, Mailman inevitablemente ocupa un lugar destacado, a medio camino entre Black Sabbath y Pantera, confiados en su potencia, Soundgarden teje una red hipnótica: la voz de Cornell es inicialmente etérea, contrastando con la pesadez de la guitarra de Thayil, quien no duda en ofrecer un solo dantesco mientras el primero sigue cantando (una de las especialidades de la banda y, que yo sepa, una idea bastante innovadora para la época), antes de intensificarse a medida que se revelan diversos arreglos psicodélicos. El tema homónimo es el más directo, en Superunknown la guitarra abraza un hard rock y una psicodelia oriental totalmente conquistadora, el estribillo, a pleno pulmón, retoma el coro: "Alive in the Superunknown", un auténtico himno generacional. En esta etapa, Superunknown acumula así cinco temas definitivos, inmaculados, coherentes y, sin embargo, basados ​​en patrones muy diferentes.


Superunknown es el primer álbum de Soundgarden donde la influencia de The Beatles es evidente (así sin anestesia) y es que Head Down es el primer y mas claro ejemplo de ello. Esta canción, compuesta íntegramente por el bajista Ben Shepherd, tiene un gran toque psicodélico. Es una de las más largas del álbum y, en mi opinión, una de las más subestimadas, permite descansar y prefigura lo que escucharán en el siguiente álbum, Down on the Upside. Cantada con más suavidad, con una fuerte influencia de la psicodelia oriental y rozando el folk-rock ligeramente hippie con su guitarra acústica, ofrece un bienvenido descanso en medio de un álbum que quizás corría el riesgo de recargarse. No presentaré Black Hole Sun, el megaéxito mundial del grupo. Una balada apocalíptica bastante peculiar, pero lamentablemente uno de los temas más flojos de la banda, y un triste recordatorio de que durante los gloriosos 90, las bandas de rock a menudo dependían de las baladas para alcanzar el mainstream. Un hito generacional, como sea que lo llamemos, eso es lo que dice, es la canción que define a Soundgarden, como muchas de las canciones que definen a Soundgarden, Black Hole Sun no representa a la perfección el sonido esencial de Soundgarden. El toque psicodélico permanece muy presente en esta canción y es bastante famosa por el psicodélico video que la acompaña. Otro sencillo, Spoonman, tiene un enfoque muy diferente: un riff zeppeliniano al estilo de "Whole Lotta Love", hip-pegadizo, percusión variada y ruidos de cuchara para infundir una especie de locura, antes de que la sección rítmica no haga locuras y se beneficie de deslizarse por una de las montañas más efectivas que se encuentran a medio camino. Drogas, suicidio, acordes de alienación al son del hard rock desenfrenado. La música de Spoonman se remonta a la contribución de Chris Cornell a la película Singles, estrenada en 1992. Puedes escuchar la parte instrumental de lo que se convertiría en Spoonman en la película. La canción hace referencia a un artista callejero llamado Artis the Spoonman que actuó en Seattle. Con Limo Wreck, Superunknown toma un giro más vertiginoso, más cuaresmal, más sombrío, más melancólico. Sin excepción, se pueden trasladar al lugar de la creacion: ritmos asimétricos, arpegios retorcidos, armonías de guitarra o el arte de crear un sonido ambiental, es otra de las canciones de este álbum que merece un poco más de atención. Las letras de Cornell critican la avaricia y los excesos y es una de las mejores interpretaciones vocales de Cornell en el álbum. Hay un cierto resurgimiento del bajo en la introducción de The Day I Tried to Live, que también desemboca rápidamente en impredecibles convulsiones rítmicas. Potente, y otra prueba de la impecable configuración rítmica: Cameron es claramente uno de los mejores bateristas de rock, y con demasiada frecuencia se le pasa por alto. Cualquier persona con un mínimo de ansiedad puede reconocerse en la letra de esta canción. A menudo se la descarta como una canción negativa, pero en realidad tiene una perspectiva mucho más positiva de la que la gente parece percibir. A veces, el título simplemente lleva a la gente por el camino equivocado y no miran más allá. Puede que este personaje no haya tenido éxito en su búsqueda de la "vida", pero eso no significa que no lo intente en otra ocasión. 


Kickstand es un tributo a MC5 que Soundgarden toca, en todos los sentidos, es el más grave del álbum, una canción punk un poco rápida que podría considerarse relleno, pero siempre me ha gustado mucho. Con un minuto y medio, solía ponerla sola cuando necesitaba un impulso de energía. Fresh Tendrils, un tema doble y discretamente otra pieza fabulosa. Psique copla, estribillo luminoso, arreglos orientales, Cornell magistral. Tiene uno de los compases más extraños del álbum y un riff de introducción muy potente. Cameron contribuyó a la mayor parte de la canción. En 4th of July, que no es precisamente un himno patriótico, Soundgarden inició un riff que los Melvins de Bullhead no habrían rechazado (y Cameron también toca como Dale Crover, un break potente, un contratiempo principal), lento, pesado, macizo, lento. Una canción pesimista, supuestamente escrita sobre un viaje de ácido "en algún momento cercano al 4 de julio". Aunque no quedan sencillos para el final del álbum, hay mucho oro en el último tercio. Half también es una especie de motivación psíquica oriental. Claramente no es la cumbre del álbum, pero es una forma suave de cerrarlo antes del canto del cisne, Like Suicide, musicalmente más ligera de lo que su título podría sugerir, con su arpegio flotante y su línea vocal enérgica. Supuestamente Chris Cornell la compuso después de tener que matar a un pájaro herido con un ladrillo para acabar con su sufrimiento. Es una gran despedida para un álbum que aborda tantos temas personales como la ira, el aislamiento y la soledad.

La noticia del suicidio de Chris Cornell en 2017 me destrozó por completo. Siempre será uno de mis artistas favoritos. Obviamente, el hombre tuvo muchas dificultades, y este álbum es sin duda un vistazo a lo que pudo haber sido su psique. Superunknown es el disco más experimental de Soundgarden. Es un poco largo, pero nunca me pareció largo. Down on the Upside seguía siendo un buen álbum, pero se notaba que intentaban recuperar la magia. Superunknown debutó en el número uno del Hot 100 y tanto Spoonman como Black Hole Son ganaron premios Grammy. La victoria de Spoonman fue en la categoría de heavy metal, sobre la que Cornell obviamente bromeó en el podio: "No nos iremos de este escenario hasta que alguien nos diga que somos heavy metal". Recomiendo este álbum sin reservas si nunca lo has escuchado. Para mí, incluso más que Badmotorfinger. Esta es la obra maestra de Soundgarden. Es una inmersión profunda en las inquietantes profundidades de la depresión, el aislamiento, la soledad y la ira, a la vez que cuenta con suficientes canciones alegres y divertidas como para no resultar tan aterrador como sus colegas de Alice in Chains. Es el álbum grunge que recomendaría a quienes buscan algo más del género y, en general, es uno de mis álbumes favoritos de los 90.


1611.- Don't Look Back - Boston

 

Don't Look Back, Boston



      En 1978, la banda estadounidense de rock Boston lanzó su segundo álbum, Don’t Look Back. Incluída en este disco, se encuentra la canción homónima que da título al mismo.  Escrita por el líder, guitarrista y principal compositor de la banda, Tom Scholz, se convirtió en uno de los mayores éxitos de Boston.

Don’t Look Back fue la última canción escrita y grabada para el álbum homónimo, el    cual fue publicado el 2 de agosto de 1978 bajo el sello Epic Records. Según Tom Scholz, que aparte de ser autodidacta era ingeniero graduado del MIT, "la canción surgió de un momento de inspiración en el que todo encajó”Scholz no grabó un demo previa, sino que llevó directamente al estudio los acordes, la melodía y el arreglo, plasmándolos en la cinta maestra. Este enfoque espontáneo capturó el sonido característico de Boston: una combinación de guitarras potentes, producción impecable y unas grandes melodías.

El tema fue interpretado principalmente por Scholz, quien tocó la mayoría de los instrumentos, incluyendo las guitarras en las secciones de coro y partes intermedias, y el bajo, con una breve participación del bajista Fran Sheehan en algunas notas. El guitarrista Barry Goudreau, por su parte, se destacó con los solos de guitarra en la introducción y el cierre, los cuales Scholz elogió por su virtuosismo. La voz principal y los coros estuvieron a cargo de Brad Delp.

Don’t Look Back es un ejemplo perfecto del estilo de Boston, una mezcla de “producción prístina, guitarras orquestales gigantescas y voces estupendas”. La canción abre con un riff de guitarra distorsionado, creado con dispositivos diseñados por Scholz, quien se enorgullecía de no usar sintetizadores en el álbum. La canción destaca, por una parte por la poderosa voz de Brad Delp, y por otra parte, la línea de bajo melódica y la batería sólida, que proporcionan una base rítmica sólida y robusta, mientras que los “riffs abrasadores” y los pasajes melódicos equilibran los momentos de hard rock con momentos más suaves, especialmente en una pausa instrumental alrededor de los 3 minutos. 

Don’t Look Back es un canto a la superación y a vivir el presente sin aferrarse al pasado. Frases como “Don’t look back, a new day is breakin’” y “The road is callin’, today is the day” transmiten un mensaje de renovación y esperanza. La canción trata sobre mirar hacia adelante y aprovechar al máximo el tiempo en la Tierra, una idea que conecta con audiencias de todas las generaciones. Este mensaje universal, combinado con su energía rockera, hizo que el tema se convirtiera en un favorito en la radio y en un clásico del rock. El sencillo alcanzó el puesto número 4 en la lista estadounidense Billboard Hot 100 en octubre de 1978, consolidándose como uno de los mayores éxitos de Boston. Sin embargo, Scholz expresó su descontento con la presión de la compañía discográfica Epic Records para lanzar el álbum antes de que estuviera completamente listo, lo que resultó en un disco que él consideraba “ridículamente corto”. Esta premura marcó el inicio de una tensa relación con la discográfica que duró ocho años.

jueves, 29 de mayo de 2025

Depeche Mode - Playing the Angel (Mes Depeche Mode)







Con cada disco de Depeche Mode, se imprime una historia persona, grupal y musical distinta. Cada disco de Depeche Mode es tan definitorio de una época que han llegado a atravesar a distintas generaciones, tanto con “Black Celebration” como con “Exciter” o “Violator”, la obra cumbre de los británicos, sonando tan diferentes pero tan familiares, y, al mismo tiempo, usando los métodos de cautivación que nos han enredado durante toda la carrera de este fabuloso trío una y otra vez, pero creando paisajes y sensaciones de otros colores. “Playing the Angel” es un álbum consistente, redondo, poderoso, entrañable… en fin, como cualquiera de los adjetivos que evoca Depeche Mode. No son elogios aduladores, en realidad reflejan el espíritu que la banda muestra en los doce temas. Visto de otra forma, su nuevo lanzamiento manifiesta claramente la esencia de estos tres hombres a medio comienzo del milenio, la cual no involucra solo la utilización de tecnologías actuales, sino también de sus historias actuales: Escucharás samples chirriantes y saturados, crujidos de discos y zumbidos eléctricos, zumbidos de amplificadores y gemidos ambientales analógicos en abundancia. En el futuro todo será muy poco convencional en la música pop y con este álbum podemos estar ahí desde el principio. La puerta está abierta: ¡entra!. En primer lugar, David Gahan, cuya voz a menudo sólo se utilizaba como instrumento adicional, ahora por fin puede trabajar como compositor. La dictadura del señor Gore ha terminado. Las tres canciones de Gahan, “Suffer Well”, “I Want it All” y “Nothing’s imposible” no brillan por su fuerza propia, lo hacen dentro de todo el contexto del disco. Cuando vas escuchando una a una no puedes dejar de sentir el golpe, pero “Playing the Angel” está tan bien elaborado, que constituyen un universo total. Musicalmente, lo más utilizado el sintetizador análogo, por otras partes suenan unos riffs muy potentes y también, por supuesto, se destacan unos coros femeninos maravillosos y también la enternecedora voz de Gore.

 “Playing the Angel” comienza con A Pain that I’m Used to, con una guitarra alarmante que da paso a unos beats más suaves y luego a la intensa interpretación de Gahan, que crea el ambiente de una película de estas policiales oscuras, donde se persigue a un asesino, como una urgencia de búsqueda. De fondo, la sierra circular electrónica chirría durante unos segundos, preparándonos para lo que nos espera. La canción se basa en un fondo electrónico pulsante y dinámico, que es reemplazado por riffs ásperos que hacen que la cabeza asienta en el coro, está garantizado que será un éxito incluso en la pista de baile. No en vano fue lanzado como segundo sencillo. En John the Revelator continúa ese juego de Gore de usar referencias apostólicas, la canción en sí, es un ejercicio de simplicidad pero que te impacta de una sola vez: los beats son muy sencillos, Gahan canta como si estuviera en medio de un estadio y para rematar, un coro femenino grandioso, que repite una y otra vez john the revelator… es de estas canciones que uno espera ver en un recital multitudinario, el título religioso y el coro gospel como coros ya indican hasta qué punto Gore tiene que volver a utilizar temas existenciales para expresar adecuadamente su mundo emocional. Suffer Well es una de las tres canciones que salieron de la pluma del Sr. Gahan. Al principio chisporrotea, bala, relumbra y emite un pitido muy agradable, como en los viejos tiempos, Duane Eddie también está de regreso. 

The Sinner in Me es más triste, pero al mismo tiempo, sensual, son esas cosas que solo sabe manejar Depeche Mode, aquí hay mucha más prominencia de la electrónica, aunque también lleva un riff hacia el final de la canción. El single Precious es una obra maestra, muy sofisticada, envolvente, a nivel de cualquiera de los singles del trío, y es ahí donde radica la magia de su música, porque durante toda su trayectoria se han manejado con exactamente las mismas herramientas pero siempre saben experimentar sin caer en lugares comunes ni en autoplagios y así nos hechizan como de la nada, ¿¿cómo lo hacen??Desafortunadamente, el límite de la bailabilidad absoluta se perdió por poco. Una hermosa y triste canción pop, también buena para tocar con una guitarra alrededor de una fogata, si tan solo los acordes no fueran siempre tan difíciles. Las canciones de radio y de las listas de éxitos que conocemos de Depeche Mode rara vez estuvieron entre las mejores de sus álbumes. El aliento de los viejos tiempos industriales envuelve Macro, cantada por Gore, cuando, después de tres minutos, los tambores a vapor irrumpen de repente en la temblorosa elegía suicida.

La composición de I Want It All de Bei Gahan tiene una composición sonora, al igual que "The Cure". Heer no necesita cascadas de ruido demasiado ambiciosas para crear atmósfera. "I Want It All" es una producción pop hipnótica con canciones de los Noventa y Ben Hillier es uno de los mismos números entre los escritores ingleses. En general, me interesaría saber cómo sonarían las primeras demos de Gahan y Gore. Nothing’s Impossible, el último tema creado por Gahan, diría que es la más plana del disco, es solo su voz encima de una base que no tiene muchos cambios y una guitarra electroacústica que aparece por segundos. De todas maneras, cada uno de estos temas suenan muy bien, Gahan ya está inmerso en la mecánica de su banda y compuso sin sobrepasar ni igualar a Gore, pues esa no es la idea, sino que participó como un miembro más que trabaja por el bien de la banda y no por el propio. Con su segunda balada, Damaged People, cuyos sonidos recuerdan definitivamente al álbum "Construction Time Again", Gore resume todo su arte: "Cuando estoy de mi lado / no tengo miedo / tengo miedo de sentir / ya estoy muriendo". La melancolía y la tragedia sobre las que se construye toda la carrera de la banda parecen surgir de esta simple línea, y la melodía, sí, en realidad suena un poco como los buenos viejos tiempos de "Black Celebration". No podría ser mejor. ¿Quizás demasiada teatralidad? Oh, no lo sé. A veces pienso que los chicos nunca habrían podido ser verdaderamente felices con títulos como ese. Hacia el final encontramos el instrumental Introspectre, la bailable ‘Lillian’, que suena a lo más primitivo pero también a lo más nuevo de Depeche Mode, el teclado surge como de lo más antiguo y los beats son de un sonido como el de Radiohead en “Kid A” en general un tema que posee mucha fuerza; finalmente llega The Darkest Star, tema de donde extrajeron el título del disco. Depeche Mode finalmente emerge de las profundidades de la angustia conmovedora, acompañado por coros y un staccato de piano pecaminoso. "No quiero que cambies / Cualquier cosa que hagas / No quiero que seas / Alguien más para mí", dice Gahan. Primero, en la última canción, los Depechies aflojan un poco los tornillos antes de liberarnos de su majestuoso e individual mundo sonoro

 No esperes un nuevo “Violator” ni menos un nuevo “Songs of Faith and Devotion” ni un “Ultra” ni un “Exciter”. No es necesario. Cada uno es tan importante como individuo, porque cada uno cuenta con una identidad específica y con su propio hilo conductor, que tienes que ver a este disco como un “Playing the Angel”, tal como los discos anteriores de Depeche Mode, es único, es un hito en el trayecto de la banda y tiene una personalidad infranqueable. Es una experiencia magnífica y revolucionaria. Este álbum marcará una vez más una nueva generación de música influyente, pero esto sólo se hará evidente en el contexto de los años.

1610.- Soft and Wet - Prince


En 1978, un joven Prince Rogers Nelson irrumpió en la escena musical con su álbum debut For You, y aunque el disco no fue un éxito comercial inmediato, contenía una joya que prefiguraba su revolucionaria carrera: "Soft and Wet". Esta canción, escrita y producida íntegramente por Prince (quien, con apenas 19 años, ya demostraba un control absoluto sobre su arte), fusiona funk, R&B y un toque de rock psicodélico, marcando el inicio de una leyenda. 

Desde los primeros compases, "Soft and Wet" seduce con un riff de guitarra funk y un ritmo contagioso, pero lo que realmente destaca es su atrevida letra. Prince juega con el doble sentido desde el título mismo, combinando imágenes de ternura ("soft") con un erotismo descarado ("wet"). Versos como "You’re so soft and wet / I just can’t let you go" son una muestra temprana de su habilidad para mezclar lo sensual con lo musical, un sello que definiría su obra.  

La producción, aunque más modesta que sus trabajos posteriores, ya revela su obsesión por el detalle. Las capas de coros, los arreglos de percusión y los sutiles efectos de estudio (como los susurros que aparecen en los segundos planos) crean una atmósfera íntima, casi conspirativa. Prince no solo canta; susurra, gime y convierte cada palabra en una caricia auditiva.  

Musicalmente, "Soft and Wet" es una pieza de funk electrónico con influencias de artistas como Sly Stone y James Brown, pero Prince le imprime su propia identidad. La guitarra, aunque discreta, tiene ese tono picante que luego explotaría en éxitos como "Kiss", y los sintetizadores añaden un toque futurista. Aunque el sonido es claramente de su época, hay una frescura que lo mantiene vigente.  

Lo más notable es cómo esta canción —el primer sencillo de su carrera— ya contenía los elementos que lo convertirían en un icono: la fusión de géneros, la provocación inteligente y una producción meticulosa. Prince no solo quería hacer música; quería controlarla, moldearla y llevarla a territorios inexplorados.  
 
Aunque "Soft and Wet" no alcanzó el Top 40 en su momento, su importancia histórica es innegable. Fue la primera piedra de un artista que redefiniría la música pop, el funk y el rock en las décadas siguientes. Hoy, escucharla es como presenciar el nacimiento de un genio: audaz, sensual y completamente dueño de su arte.  

Para los fans de Prince, esta canción es un recordatorio de su evolución; para los nuevos oyentes, una introducción perfecta a su mundo. Una obra que, como su creador, es suave en la superficie pero audaz en el fondo.  

Daniel 
Instagram storyboy 

miércoles, 28 de mayo de 2025

1609.- Faster and Louder - The Dictators



Faster and Louder, The Dictadors




     En el vibrante y caótico Nueva York de los años setenta, The Dictators, una banda pionera del punk rock, irrumpió con una energía y una actitud irreverente que los convirtió en un referente del género. Su canción Faster and Louder, incluida en el álbum Bloodbrothers de 1978, es un testimonio de su capacidad para fusionar la crudeza del punk con el humor sarcástico y la pasión por el rock and roll.

The Dictators se formaron en 1973 en Nueva York, en un momento en que la escena musical de la ciudad estaba gestando lo que más tarde se conocería como punk rock. Con una alineación inicial que incluía a Andy “Adny” Shernoff (bajo, teclados, voz), Ross “The Boss” Friedman (guitarra principal), Scott “Top Ten” Kempner (guitarra rítmica) y el carismático “Handsome” Dick Manitoba (voz), la banda se destacó por su mezcla de rock duro, humor y referencias a la cultura pop. Su álbum debut, The Dictators Go Girl Crazy! (1975), ya había establecido su reputación como una banda proto-punk, pero fue con Bloodbrothers con el que consolidaron su sonido y actitud.

Bloodbrothers, producido por Sandy Pearlman y Murray Krugman (conocidos por su trabajo con Blue Öyster Cult), marcó un hito para la banda. A diferencia de su predecesor Manifest Destiny (1977), criticado por ser demasiado comercial y “sobreproducido” según Manitoba, Bloodbrothers recuperó la esencia cruda y directa del punk. Faster and Louder cuenta con una notable colaboración: Bruce Springsteen, un fan declarado de la banda, aparece contando “1-2-1-2-3-4” al inicio.

Escrita por Andy Shernoff, la letra refleja la frustración de un joven artista que siente que “hablar, hablar, hablar” se interpone en su necesidad de expresarse: “Talk, talk, talk, talk, keeps getting in the way / Speaking as a young artiste who has so much to say”. El narrador, en un tono sarcástico, propone formar una banda llamada “Yazoo Squelch” y proclama su deseo de “hacer ruido” a través de una serie de actividades cotidianas y exageradas, desde tocar y bailar hasta “pasear al perro” o “cortar el césped”, todo “más rápido y más fuerte” (faster and louder).

Musicalmente, la canción es un torrente de energía, con riffs de guitarra afilados de Ross Friedman y una base rítmica sólida liderada por el batería Rich Teeter y Shernoff, quien había regresado al bajo tras la salida de Mark “The Animal” Mendoza. La voz de Manitoba, en su primer álbum como vocalista principal en todas las pistas, aporta una intensidad visceral que complementa la instrumentación. Bloodbrothers se convirtió en el álbum más rockero y musical de la banda, y Faster and Louder es el ejemplo perfecto. Aunque el álbum no logró un éxito comercial masivo, Faster and Louder se convirtió en una de las canciones más emblemáticas de The Dictators.

martes, 27 de mayo de 2025

1608.- Soledades - Jose Luis Perales

En 1978 fue un año en el que José Luis Perales afianzó su carrera, no solo como intérprete sino también como compositor. Sus obras se hicieron muy populares y sentaron las bases para los grandes éxitos que vendrían en los años siguientes, su participacion en el programa de televisión "300 millones" de RTVE, le dio una importante visibilidad, lanzo dos discos, "Como la lluvia fresca" que marcó un punto importante en la discografía de José Luis Perales, producido bajo el sello Hispavox, este trabajo consolidó su estilo característico de baladas melódicas y letras poéticas. El disco contenía un total de diez canciones llenas de emotividad y profundidad lírica que ya eran sellos del cantautor. El segundo disco que publicó fue Soledades, producido, como muchos de sus trabajos de la época, por el maestro Rafael Trabucchelli, una figura clave en el sonido característico de Perales, también fue publicado por Hispavox, la discográfica que albergó gran parte de su obra en España. Sin embargo, lo distintivo de "Soledades" radica en que fue un lanzamiento exclusivo para Hispanoamérica. Esto significa que, si bien algunas de sus canciones pudieron haber aparecido en otros álbumes españoles (como "Como la lluvia fresca"), "Soledades" se concibió como una colección específica para el público al otro lado del Atlántico, a menudo agrupando temas que ya habían visto la luz en España pero en diferentes configuraciones. La estrategia de lanzar álbumes con configuraciones diferentes para mercados específicos era común en la industria musical de la época. Para José Luis Perales, esto le permitió optimizar la distribución y la resonancia de sus canciones en una región donde su popularidad era inmensa y no hacía más que crecer. "Soledades" no es solo un conjunto de canciones; es un testimonio de la proyección internacional de Perales y de la conexión que estableció con su público latinoamericano, una conexión que se ha mantenido viva a lo largo de décadas.

Este trabajo incluye temas que se convirtieron en clásicos del repertorio de Perales y que resonaron profundamente en el continente americano, canciones como "Compraré", con su melancólica reflexión sobre el paso del tiempo y la adquisición de bienes materiales frente a los sentimientos, se convirtió en un himno. Otro tema significativo es "Pequeño gorrión", una metáfora sobre la libertad y la búsqueda de horizontes. La casada aborda la complejidad de las relaciones y las decisiones de vida con la sensibilidad característica de Perales. Por supuesto, la canción que da título al álbum, Soledades, que es mucho más que una simple pieza musical, es una de las composiciones más emblemáticas y profundas del cantautor y representa una de las cumbres de su habilidad para transformar sentimientos complejos en melodías conmovedoras y letras de una sencillez poética abrumadora. Desde el primer acorde, quedas envuelto en una atmósfera de melancolía y reflexión con una instrumentación, típicamente orquestal y sutil, donde la guitarra de Perales actúa de columna vertebral, creando un ambiente íntimo, casi confesional. La letra es una exploración magistral de la ausencia y la introspección, no habla de la soledad como un estado puramente negativo de aislamiento, sino como un espacio personal donde se encuentran los recuerdos, las añoranzas y, paradójicamente, la compañía de aquellos que no están físicamente presentes. Perales personifica a estas "soledades" como compañeras silenciosas que "llegan" o "vienen", trayendo consigo la memoria de un ser querido, de un tiempo pasado o de una emoción no resuelta. Soledades fue un gran acierto, no se sale de lo que le daba éxito y sigue la estructura de la balada clásica de Perales, con una progresión armónica que realza la carga emotiva de la letra. Los arreglos de Rafael Trabucchelli, característicos de la época, dotan a la canción de una riqueza sonora que eleva su mensaje, sin eclipsar la pureza de la composición original. 


lunes, 26 de mayo de 2025

1607.- Another girl, another planet - The Only Ones

En 1978 Perrett editó su primer disco al frente de The Only Ones, banda encasillada en la escena punk new wave del Reino Unido, aunque su estilo sintonizase mejor con los sonidos neoyorquinos de Lou Reed o Television. La capacidad compositiva de Peter Perrett fue muy elogiada. La prensa musical lo destacó como un compositor capaz de componer power-pop de gran calidad con la misma facilidad que jazz y dramas de cocina con tintes psicodélicos. Si algo hace grande al álbum debut de The Only Ones es la amplitud y variedad de sus diez canciones. Temas como "The Whole of the law", "The Beast" y "The Immoral Story" apenas insinúan la relativa inmadurez del grupo en cuanto a la creación de discos. Las canciones son ambiciosas, el sonido es envolvente y su estilo varía de una composición a otra. Esto también sería la ruina del grupo. A los nuevos fans de la banda les costaba reconocer otra canción similar a "Another girl" o definir su sonido.

Descrito por un crítico musical como "posiblemente el mejor sencillo de rock jamás grabado ", la fama de Another girl, another planet de The Only Ones ha perdurado, como mínimo. El destino no fue tan benévolo con la banda y su breve catálogo, y creemos que esto es totalmente injusto. Sin duda este es el tema más recordado de la banda, para muchos el único conocido, lo que les colgó la etiqueta de «one hit wonder» (maravilla de un solo éxito), que en la industria musical es como se conoce a los artistas que gozan de un único triunfo discográfico y después caen en el olvido. Siendo objetivos, el caso de los Only Ones no merecería esa definición. En realidad, ellos no tuvieron ningún éxito, cuando esta canción fue editada no entró en las listas. Sí lo hizo, modestamente, en una reedición de 1992. Se haría más conocida por la versión de Blink 182 y, especialmente cuando la compañía Vodafone la utilizó en su campaña de 2006, lo que motivó una breve resurrección de la banda que la trajo de gira por España. Allí vimos a un Perrett de facciones chupadas, sin apenas capacidad pulmonar, con los huesos a ras de piel y las venas hinchadas. Sabíamos de sus vicios, pero hasta ese momento no le pusimos rostro al alcance de su destructiva vida.

Another Girl Another Planet es uno de los mejores sencillos jamás publicados. Es el tipo de éxito que comparte el aire peculiar de Ace Of Spades, Echo Beach o Song 2. Un tema atemporal para llenar la pista de baile, al que recurren los DJs de clubes de rock. Desde 1978 hasta la actualidad, esta canción se ha mantenido fresca como la primera vez. Empieza con un solo de guitarra. Una jugada audaz para un sencillo que marcó una época y da paso a un solo con esa famosa introducción punteada y esos tambores atronadores. Es un comienzo increíble. Ademas la letra habla de la adicción a las drogas del cantante principal y de cómo cada éxito lo lleva al espacio exterior, a algún lugar lejano, como si estuviera en otro planeta. Hay algunas líneas geniales en “Another Girl, Another Planet”… que cobran mucho más sentido cuando te das cuenta de lo que realmente está cantando la cantante principal… hay una verdadera habilidad para transmitir grandes conceptos en pocas palabras… “Siempre coqueteo con la muerte, me veo enferma pero no me importa” En dos líneas tienes una de las mejores descripciones de una adicción patológica plasmada en la letra de una canción popular.


domingo, 25 de mayo de 2025

Exciter: La Reinvención Íntima de Depeche Mode


Exciter: La Reinvención Íntima de Depeche Mode 

#mesDepecheMode

Mayo es el mes de Depeche Mode en este blog, y después de repasar algunos de sus trabajos más icónicos como Violator (1990), Songs of Faith and Devotion (1993) y Ultra (1997), es momento de adentrarnos en Exciter (2001), un álbum que marcó un giro radical en su sonido. Producido por Mark Bell (de Björk y LFO), este disco destaca por su minimalismo electrónico, alejándose de la densidad oscura de sus predecesores para explorar texturas más sutiles y atmosféricas.  

Aunque Exciter no tuvo el mismo impacto comercial que sus obras cumbre, es un trabajo fascinante que refleja una banda en constante evolución, experimentando con sonidos orgánicos y electrónicos en una época donde el rock alternativo y el pop electrónico estaban en plena efervescencia.  

Tras el turbulento período de Ultra (grabado en medio de adicciones y la salida de Alan Wilder), Exciter llegó en un momento de relativa calma para la banda. Dave Gahan, ya recuperado de sus problemas personales, aportó una voz más madura y emotiva, mientras que Martin Gore continuó explorando temas espirituales y relaciones humanas en sus letras.  

La inclusión de Mark Bell como productor fue clave: su enfoque en sonidos glitch, beats hipnóticos y ambientes envolventes dio a Exciter una identidad única dentro del catálogo de DM. A diferencia de Violator (donde la electrónica era fría y pulsante) o SOFAD (dominado por guitarras y gospel), aquí predomina una paleta de sintetizadores orgánicos, ritmos desnudos y guitarras acústicas que se entrelazan con lo digital.  

1. "Dream On"  
El primer single del álbum es engañosamente accesible: un beat trip-hop y una guitarra acústica crean una base sencilla, pero la voz de Gahan transmite urgencia y melancolía. La letra ("Dream on, dream on, boy, and make it real") suena como un mantra de esperanza y desesperación. Un inicio prometedor.  

2. "Shine" 
Una de las joyas ocultas del disco. Con arreglos de cuerda y un bajo profundo, la canción tiene un aire cinematográfico. Gore canta con delicadeza sobre la fragilidad humana, mientras los sintetizadores crean un paisaje sonoro etéreo.  

3. "The Sweetest Condition"
Aquí la electrónica se vuelve más industrial, con un ritmo mecánico y distorsiones que recuerdan a Ultra. Gahan interpreta con sensualidad líneas como "I like the way you look, I like the way you breathe", dando un tono seductor a la oscuridad del tema.  

4. "When the Body Speaks" 
Una balada acústica con un toque casi folk. Gore y Gahan intercambian voces en una canción que habla de conexión física y emocional. Las guitarras y los pads atmosféricos la convierten en una de las piezas más conmovedoras del álbum.  

5. "The Dead of Night"
El tema más "arriesgado" del disco: un beat pulsante y letras explícitas ("Let me hear you moan") lo acercan al techno oscuro. No es la mejor canción de DM, pero muestra su voluntad de experimentar.  

6. "Lovetheme"
Un interludio instrumental con influencias de ambient y IDM. Funciona como un respiro antes de la segunda mitad del álbum.  

7. "Freelove" 
El segundo single es una de las canciones más redondas de Exciter. El bajo prominente y los coros de Gore crean una atmósfera sensual y melancólica. La versión del álbum es buena, pero la posterior "Flood Mix" (incluida en The Best Of) la llevó a otro nivel.  

8. "Comatose"
Gore vuelve a tomar la voz principal en este tema hipnótico, con un ritmo lento y sintetizadores que flotan en el espacio. Letras como "*I’m in a coma, but I’m still breathing*" reflejan una mezcla de ensoñación y desapego.  

9. "I Feel Loved"
El tercer single es una de las pocas canciones dance del disco, con un beat contundente y un bajo que recuerda al EBM. La letra ("Your light shines on my soul") contrasta con la producción fría, creando una dualidad interesante.  

10. "Breathe" 
Otra balada acústica, con Gore en voz principal. El ambiente es íntimo, casi como una canción de cuna electrónica.  

11. "Easy Tiger"
Un experimento en ritmos rotos y sonidos glitch. No es el tema más memorable, pero suma a la diversidad del álbum.  

12. "I Am You"  
Una canción minimalista y espiritual. Gore y Gahan cantan en armonía sobre la fusión de dos almas, mientras los sintetizadores se desvanecen lentamente.  

13. "Goodnight Lovers"
El cierre perfecto para el álbum. Una balada coral con aires de gospel electrónico, donde Gore y Gahan entrelazan voces en un himno sobre el amor como redención ("*You’ll be angels tonight*"). La producción minimalista, con pianos sutiles y un ritmo pulsante, le da un aire casi espiritual. Curiosamente, esta fue la única canción del álbum incluida en la gira *Exciter Tour*, demostrando su impacto en vivo.  

Exciter fue recibido con opiniones divididas. Algunos fans lo consideraron "demasiado suave" después de la intensidad de Ultra, mientras que otros lo celebraron por su madurez y experimentación. Comercialmente, no fue un fracaso (#9 en UK, #8 en EE.UU.), pero no generó hits masivos como sus predecesores.  

Sin embargo, con el tiempo, Exciter ha sido revalorizado. Su influencia se nota en artistas como Massive Attack, Radiohead (en su fase Kid A) e incluso en el posterior synth-pop de los 2010s. Canciones como Freelove y Goodnight Lovers siguen resonando en sus giras, demostrando que, pese a su recepción inicial tibia, este disco sembró semillas para su evolución futura."

Goodnight Lovers se convirtió en un momento destacado en sus conciertos, y su estilo hymnal anticipó el tono de álbumes posteriores como Playing the Angel (2005). Hoy, muchos fans la recuerdan como una de las canciones más emotivas de su catálogo tardío."  

Exciter no es el álbum más poderoso de Depeche Mode, pero sí uno de los más valientes. En lugar de repetir fórmulas, la banda optó por explorar nuevos territorios: electrónica ambiental, folk oscuro y beats glitch. No todas las apuestas funcionan, pero el resultado es un disco íntimo, sensual y atmosférico que merece una segunda escucha.  

Si Violator fue su obra maestra y Ultra su renacimiento, Exciter es el disco que demuestra que DM nunca dejó de evolucionar. En un mes dedicado a ellos, es justo celebrar también estos momentos menos obvios, pero igualmente fascinantes, de su carrera.  

Daniel 
Instagram storyboy 

1606.- Al alba - Luis Eduardo Aute.

 


Quisiera empezar esta reseña mencionando a Rosa León que comenzó su carrera musical a partir de los años setenta. Muchos la recordarán con su larga melena y gafas redondas, cantando con su guitarra canciones infantiles, por las que se hizo muy popular en la década de los ochenta, pero esa era sólo una de sus facetas, Rosa, que también compuso sus propias canciones, algunas realmente hermosas, o interpretaba las de otros, se caracterizaba, sobre todo en sus inicios, por un fuerte compromiso político y social. En 1975 grabó “Al alba” que su amigo Luis Eduardo Aute compuso para ella y le entregó como “una canción de amor”. Esta bellísima canción tiene unas significaciones y una historia muy particulares que ponen de manifiesto esa realidad, tantas veces repetida, de que "el arte es libertad", de que las canciones nacen y vuelan libres y abiertas a la sensibilidad, a la realidad social y a los sentimientos de quienes las escuchan, las interiorizan y las hacen propias. En su origen, para Aute, fue una canción de amor en la que expresa y nos comunica una dolorosa despedida al amanecer, pero para Rosa en 1975, tras quedar profundamente impactada –como lo estuvimos muchos miles de personas– por los fusilamientos franquistas del 27 de septiembre de 1975, pensó –o le estalló el sentimiento– de que aquella canción podría ser perfectamente una carta de amor que hubieran escrito cualquiera de aquellos fusilados a sus personas más queridas en vísperas de ser asesinados. Un sentimiento y una identificación que Rosa le atribuyó simbólicamente a la canción "Al alba" convirtiéndola en un desgarrador alegato contra la "pena de muerte". En sus versos se evocaban oscuros presagios y te dejaba una sensación de frío interior, así la cantante le dio su propia interpretación, más acorde con lo que consciente o inconscientemente quiso escribir el propio Aute. Y es verdad que toda la letra de “Al alba” está llena de símbolos, de imágenes que nos conducen hacia un mensaje final, escondido detrás de una bella canción de amor. Sea de la forma que fuera, cuando Rosa León cantaba “Al alba” en sus conciertos, la dedicaba (con valentía) a los condenados a muerte, presentándola como “los últimos pensamientos o la última carta que podía haber escrito cualquiera de los fusilados”. El tema esquivó la censura franquista gracias a la miopía de los funcionarios y a que Aute envió varias canciones para el examen. En ese grupo de temas, la mayor parte de ellos eran muy explícitos contra el Régimen y “Al Alba” fue vista como una sencilla canción de amor inofensiva. Terminó por convertirse en un himno de protesta y de esperanza por los nuevos tiempos democráticos en España.

En 1978 Luis Eduardo Aute incluyó su tema en el álbum “Albanta” producido por Teddy Bautista, siendo intérprete de su propia canción a la que daba un aire diferente, como se ve en este vídeo de 1983, en el que actúa con el grupo de folk- rock Suburbano que durante mucho tiempo fue su banda de acompañamiento. Hablar de Luis Eduardo Aute es hablar de un referente cultural imprescindible en nuestro país, que además de por la música, transitó por la pintura, la escultura, el cine, la poesía y cualquier manifestación artística que se le pasara por la cabeza, porque le gustaba ser “aprendiz de todo y maestro de nada”. Era un hombre tan sensible como sincero, lo que se veía en esa mirada suya que me gustaba tanto como su voz y es que Aute, a lo mejor sin pretenderlo, tenía mucho de seductor.